Monitoreo
Nacional
Organizaciones promigrantes en Massachusetts realizaron esta semana protestas al frente de la Casa Estatal de este estado, para demandar al gobernador Republicano, Charlie Baker, que proteja a las personas que poseen el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en ingles), para que estos no sean deportados de los Estados Unidos en caso que el presidente Donald Trump decida no renovar más el permiso de trabajo a las personas procedentes de Nicaragua, Honduras y El Salvador en el mes de noviembre.
Según la organización “Comité TPS de Massachusetts”, un organismo sin fines de lucro y compuesto por personas portadoras del TPS, los nicaragüenses y hondureños serían los primeros grupos de personas que perderían este estatus migratorio a partir del 9 de noviembre, fecha en que el gobierno estadounidense tiene previsto anunciar si anula o continúan con la renovación del TPS.
Por tal motivo y adelantándose a los acontecimientos, la organización no gubernamental entregó 4 mil cartas este miércoles a la oficina del Gobernador para que efectúe un plan de protección a todas las personas que podrían perder su estatus migratorio en los próximos meses. Cada carta iba firmada por ciudadanos estadounidenses quienes le pedían al mandatario de Massachusetts una solución a la zozobra que viven todas las personas bajo este tipo de estatus migratorio.La nicaragüense Rosa González muestra los diferentes permisos para trabajar que ha recibido en EE. UU.- La nicaragüense Rosa González muestra los diferentes permisos para trabajar que ha recibido en EE. UU. –
El temor de los portadores de los TPS ha incrementado en los últimos días, luego que el presidente Trump eliminara el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia conocido como DACA, un programa que dejará a la deriva a 800,000 jóvenes a partir del 5 de marzo de 2018, si el Congreso de este país no pasa una ley que evite la deportación de los llamados “soñadores”.
La eliminación del DACA y las declaraciones emitidas en meses pasados por el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Kelly, donde el funcionario señaló que las personas que tienen el estatus de TPS deberían ir pensando en regresar a sus países de orígenes, ya que este tipo de beneficio migratorio no debería ser indefinido para este grupo de personas, han sido razones suficientes para visualizar la eliminación de este permiso de trabajo temporal.
Futuro incierto
Doña Rosa González es una nicaragüense que se vería afectada con la eliminación del TPS. Ella llegó a los Estados Unidos en febrero de 1997. Los rumores de que eliminarán el TPS la han tenido muy estresada y con mucha ansiedad porque su futuro es incierto.
“Yo fui una de las primeritas a quien le otorgaron el TPS, me lo dieron en enero de 1999. Desde que llegué a este país no he regresado a Nicaragua porque la gente que tenemos este tipo de permiso de trabajo no nos permiten regresar a nuestro país. Tengo dos hijos que están en esta misma situación, uno de ellos tenía 7 años cuando llegó a los Estados Unidos, él no conoce nada de Nicaragua y yo ya no tengo nada por allá y no sé cómo está la situación. Si nos quitan el TPS vamos a perder nuestro trabajo, el seguro médico y nuestra tranquilidad”, expresó doña Rosa desde la cocina de su casa y mostrando todos los TPS que ha obtenido a lo largo de los 18 años que ha tenido este beneficio migratorio.
En igual situación se encuentra el salvadoreño Miguel Mejía, quien llegó a Boston en 1999. En las afueras de la Casa Estatal de Massachusetts, Mejía relata lo que trabajó incansablemente desde que llegó a esta ciudad hasta poder lograr montar su propia empresa de limpieza.
“Yo soy una persona honrada, nunca he tenido problema con nadie, con lo que genera mi empresa, además de ayudar a mi familia, ayudo también a personas indigentes, siempre les estoy ayudando con ropa, zapatos y dándoles comida, no entiendo cuál es la persecución en contra de nosotros, si lo único que hemos hecho es aportar a la economía de este país. Nuestros hijos nacieron y crecieron en este país, el separarnos de ellos sería hacernos un daño irreparable”, relató Mejía.
Cabildeo
Por su parte, el cónsul general de El Salvador en Boston, Ruddy Lennyn Lazo Guatemala, declaró que el Gobierno salvadoreño está realizando los cabildeos necesarios en Washington para que los centroamericanos no pierdan el TPS.
“La última palabra todavía no se ha dicho. En estos momentos nuestro Gobierno tiene una comitiva diplomática cabildeando en Washington para que nuestros hermanos de Nicaragua, Honduras y El Salvador no pierdan el TPS. Estamos agotando todas las vías diplomáticas para que no se pierda este permiso de trabajo, el hecho que el gobierno del presidente Donald Trump nos haya recibido para abordar este tema, eso ya es un triunfo”, apuntó el diplomático recomendando a las personas que tienen este estatus migratorio, “a mantener la calma”.
Según los miembros del “Comité TPS de Massachusetts”, los permisos de trabajos para los nicaragüenses y hondureños se vencen el 9 de enero de 2018. El gobierno norteamericano tiene previsto anunciar el 9 de noviembre su próxima renovación o bien la cancelación de este mismo.
Acorde a esta organización, más de 300,000 centroamericanos están amparados bajo este tipo de estatus migratorio. De ellos, 5,000 son nicaragüenses. El 88.5% de los portadores de TPS se encuentran empleados, muchos de ellos laborando en construcción, limpieza, jardinería, cocina entre otros. También destacaron que el aporte que los centroamericanos con TPS hicieron en la década pasada al Seguro Social y Medicare de los Estados Unidos ascendió a los US$6.9 mil millones.
El Gobierno de los Estados Unidos otorgó protección temporal de trabajo a los nicaragüenses y hondureños en 1999, debido a los desastres que el huracán Mitch dejó a su paso por Centroamérica en ese entonces. Por su parte, los salvadoreños recibieron este mismo estatus migratorio luego que tres potentes terremotos destruyeran gran parte de este país en 2001.