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Nacional
La embajada de Nicaragua en Madrid, España, cerró sus puertas este lunes a un grupo de nicaragüenses que intentaron entregar un comunicado en la sede diplomática, expresando su “repudio a la corrupción del gobierno de Daniel Ortega”.
Los nicaragüenses se quedaron protestando en las afueras de la sede diplomática, con una manta en la que se podía leer: “Corruptos, basta ya”, y una bandera Azul y Blanco de Nicaragua.
Larry Blandón, de 26 años, organizador de la protesta y residente en España desde hace tres años, dijo que aunque no les recibieron el comunicado, pudieron demostrar públicamente su inconformidad con el sistema de gobierno que se practica en Nicaragua.
“Estamos manifestando nuestra profunda preocupación por las políticas actuales del Presidente de Nicaragua Daniel Ortega, que está llevando a nuestro país a una crisis institucional que no tiene límites ni frenos y que como residentes en España nos sensibiliza especialmente, porque no podemos ser indiferentes ante la realidad”, manifiesta el comunicado que no fue recibido en la sede.
Los nicaragüenses repudiaron principalmente la falta de investigación de las acusaciones de corrupción que existen contra el presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, quien el pasado 21 de diciembre fue sancionada por Estados Unidos, a través de la Ley Global Magnitsky, que castiga a los extranjeros corruptos y violadores de derechos humanos.
Durante la actividad los manifestantes leyeron denuncias contra Rivas por presuntos actos de corrupción, incluida la supuesta compra de una mansión en España.
Los nicaragüenses solicitaron al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que investigue a Rivas por posibles delitos cometidos en España.
Los manifestantes entregaron el comunicado en el Ministerio de Hacienda de España y en el Ministerio de Exteriores. “Queremos hacer constar que reclamamos públicamente afuera de la sede diplomática”, dijo Blandón a LA PRENSA desde Madrid.
La manifestación contó con la presencia de un grupo de solicitantes de asilo y protección internacional, originarios de los distintos departamentos de Nicaragua, quienes por su actividad política sufrían persecución por parte del gobierno de Ortega.
Blandón también relató que para realizar esta protesta en la vía pública pidieron permiso a la Delegación del Gobierno.