domingo, 17 de noviembre de 2013
Tomado de El Archivo CCLXXXVII
Cantadas por dos grandes, Sinatra y Gardel. Me decía un lector seguidor de la Sarita Palin (protegida de los ultraderechistas de USA) que el recién electo alcalde, Bill De Blassio, iba a destruir New York, convirtiéndola en otro Detroit. Decir algo así, es desconocer esta metrópolis tan diversa y sólida como las rocas en que sus rascacielos están asentados.
No se trata de lo que tenga en sus planes el señor De Blassio, especialmente aquello que se refiere a mejorar la educación de la niñez y a proteger a sus residentes de ciertos abusos policiales, pues primero tiene un gran problema que resolver: un presupuesto deficitario, que le hereda su antecesor, Bloomberg.
En este viaje he encontrado que la mejor (o más cómoda) forma para conocer los vericuetos de estas metrópolis, es combinar automóvil con Chauffeur, debido a los problemas de estacionamiento, ya que este se queda en el auto y el visitante puede deambular por lugares atractivos que a veces quedan distantes de las estaciones del transporte público o de los parqueaderos, fue así que logré conocer una exitosa fábrica de sombreros, escondida en el sexto piso del pequeño edificio 45, calle 57, entre las Avenidas 5 y 6 en Manhattan, ya que soy apasionado de los sombreros, los paraguas y los bastones.
Es una fábrica que importa sombreros sin horma, pudiendo ellos darles forma y, sobretodo, estilo, de acuerdo al gusto o capricho del cliente. Allí se encuentran los inigualables "fedoras" italianos, así como los famosos "montecristi" de Ecuador. Sería interesante que las oficinas encargadas de promocionar la exportación de México y Centroamérica, les enviaran muestras de las fibras que usamos en nuestros sombreros, para que ellos diseñen modelos para este exclusivo mercado.
Cuando digo "ellos" me refiero a los actuales propietarios y creadores, Brandon Franklin, de ascendencia dominicana y, Orlando Palacios, originario de la pequeña municipalidad de Santa Teresa, Carazo, Nicaragua, casado con una simpática francesa, Shirly. Dos latinoamericanos que adquirieron la famosa marca "Worth & Worth", una institución neoyorquina que lleva 90 años haciendo tradición. Les invitamos visitar su página web, "hatshop.com" que les dará una idea de lo que puede realizar la creatividad de dos simpáticos latinoamericanos.
En mi recorrido por Manhattan, pasé por varios museos y esto me trajo a la mente, la reseña de la directora de "Turismo-TV", Gabriela Marinelli Guendulain, sobre la peregrinación cultural de casi un millón de "bonaerenses" en la noche del pasado 9, a los museos de la culta y acogedora ciudad del tango, la milonga y ahora del Papa Francisco. Un recorrido ejemplar de amor al arte, donde la política brillo por su ausencia. Dejemos que ella nos lo describa:
"La Noche de los Museos" es una fiesta y, Hernán Lombardi, Ministro de Cultura de Buenos Aires, también se divierte y bromea en el Museo Larreta durante la inauguración: ‘Antes de salir, hice una cruz de sal para que no llueva’. Los presentes dudaron seriamente pero, ‘creer o reventar’, la feroz tormenta pronosticada quedó en amenaza y permitió a más de 800.000 personas disfrutar de la noche.
El Ministro Lombardi, puede expresarse de esa forma, porque asume plenamente que la cultura es la forma en que se desarrolla la vida del hombre en algún lugar del planeta, que las grandes metrópolis se identifican por su cultura y que Buenos Aires también la tiene, ‘la diversidad’, y en ella su oportunidad de crecimiento.
El evento que tuvo su primera edición con algo de sofisticación en el 2004 con 29 museos abiertos, esta vez ofreció 190 museos y espacios culturales de entrada gratuita. Y eso cautivó y seguirá haciéndolo: entrar, salir, volver a entrar; subir y bajar de colectivos con pases libres o ir a bordo del Bus turístico que tiene la ciudad sin preocuparse por nada: Sólo gozar.