Culturales
Managua, Nicaragua
Clemente Guido Martínez. Historiador.
El 2 de diciembre, fue el 15 aniversario de la declaración de parte de la UNESCO, de León Viejo, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
León Viejo ha cambiado en 15 años: Ahora cuenta con un edificio que es el Centro de Interpretación financiado por Andalucía, Reino Unido de España; el Museo Imabite, donado en 2010 por la comunidad al INC, se ha incorporado a su recorrido histórico dándole el sentido originario de nuestras raíces indígenas; Se conservan las Ruinas en buenas condiciones gracias a un personal capacitado para esta actividad; agreguemos un servicio de atención al turismo con calidad; y se continúan documentando los diferentes momentos históricos de esta ciudad que vivió apenas 86 años (1524-1610), tanto por medio de investigaciones documentales como por las investigaciones arqueológicas;
Y por coincidencia curiosa, el Volcán Momotombo ruge con sonoras explosiones eruptivas y derrame de lava desde su casi perfecto cono.
Es interesante, que a 15 años de la declaratoria patrimonial y a 405 años que los Leoneses abandonaron la ciudad, se repita (no en la misma intensidad todavía, y esperemos que no lo haga más), el estado eruptivo del Volcán Momotombo, excusa utilizada por los Leones para abandonar la ciudad en Enero de 1610 y tomar nuevo asiento en los predios vecinos de Sutiaba, la comunidad indígena Okano-Yupi que habitaba hacia el occidente y costeando el Océano Pacífico.
Gonzalo Fernández de Oviedo, un cronista del Siglo XVI que conoció el Volcán Momotombo, lo describe de esta manera (1529):
«A una legua o un poco más de la ciudad de León, está un altísimo monte, de las cumbres del cual por diversos humeros siempre sale humo; y suele acaecer que con tempestad y terremotos saltan pedazos grandísimos de piedras y tierra del mismo monte y destruye parte de la tierra» (Oviedo, 301).
Oviedo lo señala como muy tormentoso para los Leoneses de entonces (Siglo XVI):
“Yo he estado en aquella ciudad (León Viejo) y vi temblar de manera aquellas casas, que nos salíamos huyendo de ellas, a las calles y a la plaza, porque no se hundiesen sobre la gente, y conté en un solo día y noche sesenta y tantas veces esos temblores () y a veces tan continuos unos tras otros que es cosa de mucho temor. Y a veces caen rayos y matan gentes y queman casas» (Oviedo, 379, y ver Oviedo, 278).
En 1586, El Volcán Momotombo ya había demostrado su furia a León Viejo, al punto que dice el cronista y Fraile Antonio de Cibdad Real, a su paso por aquél lugar en 1586, que: «Váse arruinando y despoblando León, de tal suerte, que la casa que se cae nunca más la levantan ni reedifican, vánse los vecinos disminuyendo y apocando cada día, unos por muerte y otros que se van a morar a Granada, y dicen todos que es esto juicio grande de Dios y castigo de su mano, por la muerte que dieron los años pasados en aquella ciudad dos hermanos al Obispo que entonces era de Nicaragua (Fray Antonio de Valdivieso)» (Cibdad Real, 154).
Cuando Antonio Vásquez de Espinoza visita León Viejo en 1513 (tres años después de su abandono total), se refiere al Volcán Momotombo en estos términos: «el Volcán vecino dio grandes truenos y bramidos, que hacía temblar muchas veces la tierra, y con más violencia echaba ríos de fuego, que atemorizaba los vecinos con grandes castigos del cielo; “con estas plagas se sustentaron yendo siempre en disminución 50 años, hasta el año 1605 y 1606 que el volcán daba tan grandes bramidos y tan espantosos, con terribles temblores, que me certificaron personas fidedignas que se hallaron presentes, vecinos de la ciudad, que se levantaban la tierra por unas partes un estado en alto, dando grandes oleadas de una parte a otra, que parecía que no los podía sufrir, estando todos muy atemorizados, con tan grandes amenazas, teniendo el Santísimo Sacramento sacado en medio de la plaza, pidiendo a Dios misericordia y que aplacase su justa ira, que para aplacarla dejarían aquel lugar maldito, donde tan gran homicidio y sacrilegio se había cometido matando violentamente a su prelado y pastor (Fray Antonio de Valdivieso), y así atemorizados desampararon la ciudad y sitio y se poblaron seis leguas adelante hacia el mar del sur junto al pueblo de Sutiaba»(Espinosa,190).
¿QUÉ SIGNIFICA MOMOTOMBO? ¿ERA ESE EL NOMBRE ORIGINAL DEL VOLCÁN?
El nombre de Momotombo, es la castellanización de un nombre Otomí (Chiapaneco) del Cacique que gobernaba en los territorios ubicados al sur del Volcán (al norte de León Viejo), de nombre MAHOMETOMBO (Oviedo citando al Fraile Bobadilla, 357) o MAHOMOTOMBO (Oviedo, 69). Se refiere al Cacique no al Volcán, porque Oviedo dice que a ese Volcán se le llamaba MAMEA (Oviedo, 378).
¿Qué significa Mahometombo?. No lo sé con certeza. Pero según Yolanda Lastra, de la UNAM, nos da unas pistas sobre la toponimia: Ma-he (posesivo plural), Má: Largo. y Manuel Rodríguez Villegas en su diccionario Español-Otomí, nos sugiere que: Toho (cerro y monte). Bi: Temblor.
De la conjugación de todas estas palabras Otomí, podemos sugerir una interpretación de Mahometombo; Nuestro (ma-he), Cerro o Monte (Toho), Alto (Ma) que tiembla (Bi). Lo cual concordaría muy bien con la altura del Volcán y su característica de ocasionar temblores constantes en la región. No digo que esta sea la interpretación correcta, no soy lingüista Otomí, pero me parece una pista razonable. Y como se refería la Cacique y no al Volcán, entonces sería este Cacique el «dueño» o «señor» del Cerro Alto que Tiembla.
Hay otras interpretaciones. Carlos Mantica lo deriva del náhuatl: Momoloca, hirviente; tzon, cresta; pol, aumentativo: «Gran Cumbre hirviente». Alfonso Valle, dice numu, contiguo; tu, alto; nimbu agua: «Alto y Cerca del Agua». Contrario a Mantica diré que no es náhuatl sino Otomí (Incer, 437).
Pero ya sabemos que Momotombo es nombre del Cacique, no del Volcán. Y entonces ¿qué significa MAMEA? En este momento, no lo sé. Pero derivado del Otomí, podría significar solamente Cerro Alto (sin el posesivo que le da pertenencia al Cacique de Mahometombo, y sin su carácter de causante de temblores).
De todas formas dejo abierta la discusión sobre el tema del significado de la toponimia del Volcán Mamea, ahora conocido como Momotombo.
FUENTES:
- Gonzalo Fernández de Oviedo. Nicaragua en los Cronistas de Indias. Introducción y notas de Eduardo Pérez Valle. Serie Cronistas No. 3, Colección Cultural del Banco de América. 1976.
- Antonio Cibdad Real. Nicaragua en los Cronistas de Indias. Serie Cronistas No. 1. Colección Cultural del Banco de América. 1975.
- Antonio Vásquez de Espinosa. Nicaragua en los Cronistas de Indias. Serie Cronistas No. 2. Colección Cultural del Banco de América. 1975.
- Yolanda Lastra. “Estudios antiguos y modernos sobre el Otomí” (El Colegio de México, Universidad Nacional Autónoma de México).
- Manuel Rodríguez Villegas. “Diccionario Español-Otomí”. Página Web.
- Carlos Mantica y Alfonso Valle: “Toponimias Indígenas de Nicaragua”, Dr. Jaime Incer Barquero. Libro Libre, Costa Rica. 1985.
- Fotografía del Volcán Momotombo en erupción, tomada de AP. Noticia del 2 de diciembre del 2015.