Departamentales
Granada, Nicaragua
Augusto Cermeño
Fotos: Ernesto Villanueva
Video Youtube
La lluvia no detuvo a nadie en Granada, donde miles de granadinos, fieles a sus toros, esperaron y esperaron apostados en las aceras, esquinas, aceras altas o lugares abiertos, expuestos a los cachudos que aparecieron como verdaderas fieras, bestias del averno que se lanzaban como demonios sobre las multitudes, buscando como ensartar a alguien en sus cachos puntiagudos o lanzarlos por los aires.
El primero en aparecer fue un toro blanco, bastante grande y fuerte, el que hizo que muchos granadinos que estaban confiados, esperando que llegaran y no llegaban pero de pronto alguien grito ¡ahí vienen los toros!, que en la mayoría de los casos es una falsa alarma, pero de verdad venía ese enorme toro blanco, rompiendo entre las multitudes, buscando victimas para mandar al hospital o al cementerio.
El toro blanco apareció a eso de las 4 y algunos minutos, sorprendiendo a los confiados granadinos, que no se iban, bajo una fuerte llovizna, esperando lo que ya es para los sultanecos y visitantes una de las principales atracciones agostinas.
Algunas muchachas que al ver los animales, echas un manojo de nervios, se cayeron y más de un raspón sufrieron. Un picadito, al que se le cayó una cerveza en un charco, por el sector de El Salesiano, hizo su show tratando de recoger la cerveza, mientras el toro avanzaba sobre él. Hubo mucha tensión y no dejó de caer en gracia, los esfuerzos y las gracias del amante de Baco cuando trataba de rescatar su cerveza, lo que logró, saliendo ileso. Este momento la gente lo gozo.
El toro blanco se fue por el sector de Xalteva, donde mucha gente estaba tendida en los muros.
Endiablados y enormes toros negros
Luego de la aparición del toro blanco, aparecieron dos toros, negros como la noche, los que venían como lanzando llamas por los ojos y la trompa, lanzándose a todos, y creando todo una verdadera confusión y mucho miedo entre la gente que corrió buscando como ponerse a buen resguardo.
Estos toros podemos describirlo como toros enormes, corpulentos, cachos afilados, muy parecidos a los toros de ruedo en las corridas mexicanas o los toros que salen en Pamplona (España), donde la modalidad es seguir o ir delante de los toros, tentando de esta forma a las enormes bestias.
Estos toros iban sobre la Avenida Arellano, entrando a La Loquera, donde le dieron gran susto a un señor que intentaba, a toda prisa, como poner su carro a buen resguardo, en el garaje, pero los toros y la multitud no le daban espacio para meter el carro en el garaje.
El ciudadano finalmente logró ponerse a salvo del toro y guardar su carro. Más adelante, cerca del Taller Santa Martha, intentaban subir al camión a un toro gris, corpulento, que en un momento determinado se soltó y salió sobre una multitud que estaba en una acera alta, donde las mujeres gritaban histéricas y algunos gay gritaban: ¡hay mamita, el toro bravo me va cornear, auxilio, socorro!
Pero el toro se cayó al suelo y la multitud se calmó un poco, los gay estaban muy nerviosos, pero “ellas” así son. Unos muchachos que daban la apariencia de pandilleros o miembros de grupos juveniles, como les dice la policía, se dieron a la tarea de ayudar a montar el toro al camión.
La situación del maltrato a los toros se ha superado bastante, dándose sí, la aparición de toreros improvisados, con sus traguitos entre pecho y espalda, torearon a los animales, pero sin maltratarlos. La policía jugo su papel en un buen porcentaje, de mantener el orden y la seguridad pública.