Artículo de Enrique Fernández Morales
Revista Conservadora No. 114
Desde tiempo inmemorial hubo siempre dos Via Crucis principales en Granada, Xalteva y San Francisco, y aunque ahora hay otras iglesias, estos no tienen suficiente antigüedad para merecer descripción separada.
La devoción del Vía Crucis dirigida por los franciscanos, tradicionales guardianes de Tierra Santa sobre el auténtico escenario de la Pasión, tiene profundo raigambre en nuestros pueblos que fueron amamantados a los ubérrimos techos de la Orden Seráfica, y consiste en la meditación de 14 escenas de la Pasión de Cristo desde que es condenado a muerte en el Petorio de Pilatos, hasta su sepultura.
Al efecto se siembran de trecho en trecho durante el trayecto señalado 14 cruces que el vecindario adorna con flores, palmas, maceteras, candelas y pebeteros, y lo recorren los fieles llevando en procesión la imagen del Nazareno con la cruz a cuestas, en andas cubiertas de flores que cargan los devotos.
El texto antiguo del Vía Crucis que se rezaba en Granada junto con los textos de la Pasión y de las tres necesidades que padeció María Santísima junto a la Cruz, devoción acostumbrada en los tres últimos días de la Semana Santa por ser verdaderas curiosidades literarias llenas de añejo sabor y elevado sentido místico, aparecerán íntegros, como también gran cantidad de detalles, documentos y poemas, como apéndice de mi libro Cuaresma y Semana Santa en Granada del que estos apuntes son un rápido relato. Escribió el poeta Enrique Fernández Morales.
Vía Crucis de San Francisco
Parece ser que este Vía Crucis de la iglesia y convento de los frailes de San Francisco, fundadores y propagadores de esta devoción, fue el primero que se estableció en la ciudad y de él se originaron los demás.
La imagen del Nazareno revela respetable antigüedad y mueve a sincera devoción. El trayecto que recorre es de San Francisco a la iglesia de Guadalupe.
Según el poeta Enrique Fernández Morales para tener una mayor ilustración del viacrucis de Xalteva es importante leer al notable historiador don Pío Bolaños en el No. 16 de la Revista Conservadora.
El Vía Crucis de Xalteva
Según el poeta Enrique Fernández Morales en la Granada de hace 49 años (1970), que se formó de la fusión de la antigua ciudad española fundada junto al lago Cocibolca por Francisco Hernández de Córdoba el año de 1523, y el mucho más antiguo poblado indígena de Xalteva, que conservó durante todo el período colonial su fisonomía particular y su municipio y autoridad propias, dividiendo ambas poblaciones la que quizás por ese motivo llamada calle del Palenque.
Las imágenes, procesiones y costumbres xaltevanas, todas de ilustre antigüedad son las que dan mayor colorido tradicional a la ciudad.
La antigua imagen de Jesús de Nazareno de Xalteva, de muy tosca y primitiva factura, salvada como casi todas las imágenes de los templos granadinos por heroicos devotos, de las llamas de Walker que destruyó la ciudad en l856 se encuentra en poder de la última representante de la familia que la preservó del fuego, la señora Romualda Jarquín.
Siendo mayordoma de este viacrucis la señora Estela Díaz de Ortiz, descontenta de la poca belleza de la antigua imagen, con su propio dinero mandó a labrar la actual imagen del Nazareno de Xalteva al imaginero Juan Ramón Silva, según consta en el recibo extendido por este el año de 1903. La imagen es una bellísima talla en madera de tamaño natural y se viste con muy ricas túnicas y valiosas alhajas.
Las dificultades surgidas entre la última poseedora de esta imagen doña Narcisa Ramírez viuda de Castillo y el obispo de Granada Monseñor García y Suárez, que ocasionaron la supresión de los cultos de esta hermosa imagen, fueron al fin zanjeadas con la voluntaria y generosa donación que de ella hizo su dueña a la iglesia de Xalteva, en escritura pública firmada el 14 de diciembre de 1960 ante el notario doctor don Rafael López Pineda, reservándose el derecho a la mayordomía vitalicia.
El trayecto de este Vía Crucis es desde la iglesia de Xalteva a la calle El Consulado, doblando en la casa del maestro Nicho Gutiérrez y luego hacia el poniente hasta encontrar la calle del Cementerio, hasta el propio cementerio donde se hace la última estación.
Del Vía Crucis de la Merced y de la venerable y sagrada imagen de Jesús del Gran Poder hablaremos en el día propio de su fiesta tradicional que es el Martes Santo, escribió el poeta Fernández Morales.