Granada, Nicaragua
Sábado 23 febrero 2013
Augusto Cermeño

Pero, para Ivette Rodríguez Godínez (32), esta “basura” es muy provechosa para fines artísticos, porque ella sabe cómo aprovecharla y como “sacarle punta” a la naturaleza. Ella considera que tiene una trayectoria larga, toda una historia sobre cómo llegó a observar en los desechos. Dijo que desde el 2003, comenzó a trabajar en esculturas, considerado que nació haciendo esculturas.
Trabajó haciendo hamacas, collares, accesorios femeninos (bolsos, cinturones), llegando a desarrollar “una actitud distinta hacia los materiales. No ves solamente la madera, ves algo más. Eso que se te pega, lo viste y comenzó a volar la imaginación”.
Valora que “ha sido todo un proceso que ha venido a desembocar esta exposición que tenemos ahora”. Ivette, “haciendo de tripas corazón”, llegó al IX Festival Internacional de la Poesía de Granada y consiguió un pequeño cubículo, en el que expuso sus obras de arte natural.

Ivette considera que los trozos de madera que ella ha armado y presentado en la Plaza de Los Leones, “son esculturas”, formas que la naturaleza, por su accionar, le da a los desechos de madera.
“Es tomar la naturaleza. Estas piezas están moldeadas por el tiempo, el desgaste, el trato; son objetos encontrados. No es solo madera, también es trabajo, un vivo reflejo del uso del hombre y de la naturaleza”, expresó Ivette.
Dijo que no es la única que trabaja “con madera deshidratada, con algunos otros elementos naturales y algunos industriales”. Las esculturas naturales alcanzan valores en el mercado del arte que van de los 25 a los 300 dólares.
Unas ramas oscuras convertidas en lámparas o lo que se llama “araña” que se coloca en las salas de las casas elegantes, esta valorada en 300 dólares, según Ivette.
La joven artista se mostró satisfecha espiritual y moralmente de la simpatía mostrada por las personas que visitan su mini galería. Dice que “a la gente le gusta muchísimo. Se quedan admirados de lo que se puede hacer a partir de objeto cotidianos, que pueden tomar y echarlo al fuego. Entonces causa como sorpresa”.
Cree que sus trabajo expuesto en la Plaza de Los Leones, en un pequeño espacio, “poner a razonar a la gente, a pensar de lo que puede hacer de lo que hay de la naturaleza, de lo que tengo en mi patio. Además de admiración, la gente muestra cierto respeto por el trabajo”.
Ivette, en materia de ventas de su obra, no le resultó tan provechoso el festival, ni recibió ninguna oferta. Únicamente reconoce una promesa de financiamiento del Instituto de Nicaragüense de Cultura (INC).