Monitoreo
Nacional
La Reserva Natural Volcán Cosigüina fue la más afectada por los incendios forestales de la última semana. Según las mediciones preliminares del Instituto Nacional Forestal (Inafor), 275 hectáreas de bosque en la península occidental fueron consumidas por el fuego.
La cifra, sin embargo, podría ascender a las 1,500 hectáreas de acuerdo con los cálculos de habitantes de la zona. Si este fuera el caso, el área total afectada sería equivalente a 2,100 campos de futbol con las mismas medidas del Estadio Nacional.
Brigadas comunitarias y bomberos trabajaron de la mano durante ocho días para lograr apagar las llamas, que fueron finalmente controladas el pasado viernes.
De acuerdo con informes oficiales, los colonos o “tomatierras” fueron los causantes del incendio en Cosigüina. Este grupo de personas, también armadas, se instaló en la zona y provocó el fuego como método de preparación de la tierra para cultivos, provocando que las llamas se extendieran sin control hacia los tacotales y el bosque.
Incendios agropecuarios
Este tipo de incendios agropecuarios provocados son realizados por productores que esperan así devolverle nutrientes a la tierra, manifiesta Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río.
“Ellos pegan fuego al área donde van a producir para que los nutrientes que resulten de la quema de una materia orgánica caigan al suelo y así poder obtener mejores rendimientos”, explicó.
Ruiz afirmó que estas prácticas son obsoletas porque deterioran el suelo a largo plazo. Así mismo, de no realizarse con las debidas precauciones, pueden ocasionar incendios forestales como en el caso de Cosigüina.
Quema de maleza
“Un incendio forestal ocurre en un área protegida”, detalló Ruiz, y afecta zonas boscosas y selváticas. Esta es la razón por la que en Nicaragua dichos siniestros están entre los riesgos de desastre que amenazan cada año al país.
Según la Dirección General de Bomberos (DGB), las causas más comunes de incendios forestales son las quemas agropecuarias descontroladas, la quema de basura en terrenos cercanos a los bosques, fogatas que no se apagan debidamente, chivas de cigarro lanzadas aún prendidas, y la caza.
Dayan Medina, bombero voluntario, comentó que en su experiencia en el Benemérito Cuerpo de Bomberos, los casos que más se atienden durante el verano son los de incendios forestales.
También destacó que otro tipo de incendios frecuentes durante esta época seca son los incendios de maleza, pero en este caso las causas tienen que ver con la falta de mantenimiento de la zona y la vigilancia de los predios baldíos.
“Daño irreparable”
Una vez que un terreno boscoso ha sido quemado, las consecuencias son inmensas, pero la mayor es, sin duda, la pérdida de la biodiversidad de la zona. “Hay desplazamiento de las poblaciones de fauna, se queman las plantas, no se tiene el mismo bosque nunca, el daño es irreparable”, sentenció el biólogo.
El experto menciona que un bosque puede tardar 10 o 20 años en regenerarse después de un incendio, y aunque se podrían obtener las funciones eco sistémicas con el paso del tiempo, no sería el mismo “porque se pierde el equilibrio del ambiente que ha generado la existencia de ese bosque desde hace siglos”.
Otros efectos adversos son la liberación de gases de efecto invernadero y el incremento posterior de la erosión y sedimentación de la zona.
RECOMENDACIONES
La época de verano es en la que más se registran incendios forestales, sobre todo en los meses de abril y mayo.
Puesto que la mayoría de estos eventos son causados por seres humanos, la Dirección General de Bomberos recomienda no arrojar cigarros o fósforos encendidos desde la carretera a predios baldíos, no tirar botellas o vidrios —debido a que por efecto de lupa pueden iniciar un incendio—, no hacer fogatas sin control en el bosque y mantener limpios los predios baldíos.
Las quemas agropecuarias, por otra parte, deben ser autorizadas por las autoridades a fin de mantenerlas controladas.
Cinco incendios en 24 horas
ACAN-EFE
Cinco incendios calcinaron 51.7 hectáreas de bosques, maleza y pastizales en un lapso de 24 horas en Nicaragua, informó ayer la Dirección General de Bomberos (DGB).
Los incendios fueron reportados el viernes pasado en los municipios de Juigalpa (centro), Managua (Pacífico), Ocotal (norte), San Juan de Limay (norte) y Yalagüina (norte).
Cerca del 27 % de las tierras calcinadas, en total 13.8 hectáreas, estaban cubiertas del bosques, en su mayoría de pinos, al norte de Nicaragua, en San Juan de Limay (5.5 hectáreas) y Ocotal (8.3 hectáreas), detalló la DGB.
En Juigalpa la DGB reportó 20 hectáreas de maleza quemadas, en Yalagüina 23 hectáreas de pastizales calcinados, y en Managua 1.5 hectáreas consumidas por el fuego.
Los incendios, en especial los forestales, suelen ser más comunes entre diciembre e inicios de mayo, ya que es la época seca del año.
El Gobierno ha pedido mayor control a los agricultores para que los incendios que provocan para limpiar sus tierras no se salgan del perímetro deseado y afecten bosques y otros ecosistemas.