Así Pensamos
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
Hoy viernes (15 de junio 2018), desde las 10 de la mañana, se reanuda el Dialogo Nacional, y en estos días de violencia y muerte, hemos logrado pulsar en el pueblo nicaragüense, la urgencia de que las partes se armen de prudencia, tolerancia, paciencia y mucha sabiduría para encontrar un camino a la paz de este pueblo sufrido de Nicaragua.
Es importante enviarle un mensaje a los representantes de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), para que asuma un papel realmente de mediador, y abandone una posición de ser parte en los planes para sacar al presidente, comandante Ortega y a Rosario del Gobierno.
Por qué la iglesia católica, de la que soy uno de sus humildes miembros, de familia católica, está asumiendo esa posición beligerante, de ser protagonista de las exigencias de los protestantes, y no un mediador de buena fe, que de confianza a las partes de que se va seguir el mejor camino para alcanzar la paz.
Nuestra Iglesia Católica, debe representar a todo el pueblo, que urgimos se encuentre una solución a la crisis y no empantanarse en que se destrone al presidente electo democráticamente por el voto popular.
Nuestra iglesia debe ayudar al pueblo y no destruirlo, como ocurre ahora, nuestro país está sin ley, y en cualquier esquina te aguarda, cuando menos, una paliza o la muerte misma, mientras nuestro clero se suma a las protestas. Esto no es el mejor camino para la paz.
Nuestro clero debe asumir una posición de mediar y ser realmente garante del Dialogo y no parte del problema.
El gobierno debe reconocer los errores, debe poner sus barbas en remojo, abrirse a una reforma electoral, de modo que el presidente Ortega cumpla su mandato y concluya con importantes proyectos que permiten a Nicaragua alcanzar su desarrollo y mejorar el nivel de vida de los nicaragüenses.
La destrucción vandálica, la violencia y el odio, no aportan nada al país, es daño y más daño al pueblo. Todo lo que se destruye y se quema son las sumas de muchas noches de desvelo, de trabajo duro de cada nicaragüense que aspira a alcanzar un mejor nivel de vida.
Los muchachos estudiantes, deben irse al dialogo, dispuestos a encontrar una solución y no congelarse en posiciones irreconciliables que están alargando más y más la oscura noche que estamos viviendo todos. Luchemos por un amanecer prospero, con un mañana brillante, hermoso y que realmente todos podamos reconciliarnos y seguir el rumbo de la paz.
Nuestros hermanos campesinos, que han expresado su desacuerdo con el Gobierno en los tranques, deben dar su aporte a la paz, a la reconciliación, dejando que fluya la circulación vehicular, para que el comercio, los negocios funcionen, para que el mismo campesino tenga mejores oportunidades para levantar su nivel de vida.
Les aseguro, que las cosas van a cambiar, pero sin obstáculos a la paz. Muchos estudiantes están perdiendo sus estudios a todos los niveles, el país se atrasa cada vez, con pérdidas cuantiosas, dañinas para la macro economía y micro economía, la economía en los hogares, que en la actualidad ha caído los más bajos niveles de pobreza. El cristianismo, el que nos enseñó Jesús, no quiere eso, quiere el bienestar para todos, y oportunidades para todos.