Departamental
Granada, Nicaragua
Redacción La Verdad Nica
Rezar la novena al Niño Dios o Niño Jesús, es una devoción de familias católicas a las que el Niño Dios ha escuchado sus peticiones favorablemente. Una de esas familias es la de la licenciada Estrella Maltez Pomares, que año con año reza a su Niño Dios, una imagen que ronda los 150 años o más.
La fina imagen del Niños Jesús perteneció “a mi tatarabuela de quien solo recuerdo, por comentarios que hacía mi mamá (Violeta Pomares), era de su bisabuela, una dama diriomeña de apellido Ayala, quien hacía los rezos al Niño Dios en la Iglesia de Candelaria, finalizando siempre el 25 de diciembre”, explicó Maltez Pomares.
En la descendencia de la señora Ayala solo habían varones, por lo que al nacer su primera y única nieta, decidió que en ella iba a depositar la bella imagen del Niño Jesús finamente tallada en madera preciosa, de manos laboriosas que dejan ver la delicadeza con la que trabajaron el rostro del Niño Dios, con sus ojitos de vidrio y hermosas pestañas.
Cuenta la licenciada Estrella Maltez Pomares, que era tanta la devoción que su tatarabuela tenía al Niño Dios, que cuando lo entregó a su nieta, Socorro Ayala Dávila, hija de Sabino Ayala, le puso como condición que llegara a recoger la imagen a pie, desde su casa.
Socorro Ayala vivía en Granada, y de su casa salió a pie a comienzo de los 90, por vereda hacia Diriomo acompañada por su madrina doña Luisa Dávila, a traer la imagen bendita del Niño Jesús, una caminata que le llevó 12 kilómetros. “Con esta condición lo que mi tatarabuela quiso probar fue, si mi abuela, Socorro Ayala, le tenía amor y devoción al Niño Dios y tener así la tranquilidad de que dejaba en buenas manos a su adorado Niño Dios”, relató Estrella.
Es así como Socorro Ayala da continuidad a esta tradición familiar y comienza año con año el rezo de la novena, finalizando el 25 de diciembre.
En su relato la licenciada Estrella Maltez Pomares, dice que su abuela en el primer rezo repartió chicha de maíz y cajetas, y, para que los niños y niñas acompañaran los cantos de la novena, repartió chischiles hechos de tapas metálicas de botellas de gaseosas, “ese era un trabajo que también yo lo hice en casa. Aplastábamos las tapas y les abríamos hoyo para luego ensartarlas en alambre”, recordó.
“Antes de fallecer mi abuela, entregó la imagen del Niño Dios a mi madre, Violeta Pomares, quien optó por rezarla a comienzos de año. Mi madre amaba a su Niño Jesús y nunca faltó en el rezo de su novena. Ella me la entregó a mí para continuar con nuestra devota tradición”.
El domingo 6 de enero (2019) la licenciada Maltez Pomares, celebró el rezo de la novena al Niño Dios en su casa ubicado en calle El Hormiguero, siendo acompañada por unos 80 niños y niñas que llegaron a rezar.