Por Luis Jaime Acosta
BOGOTA (Reuters) – La mayor guerrilla de Colombia anunció el domingo que abandonará el secuestro extorsivo con el que financia parte de su lucha armada y que liberará a los 10 efectivos de las Fuerzas Armadas que mantiene capturados, una decisión que podría crear condiciones para un proceso de paz con el Gobierno.
La liberación de todos los rehenes y el fin al secuestro son dos de las condiciones del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para iniciar un diálogo de paz con las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su intención de poner fin al conflicto interno de casi 50 años.
"Mucho se ha hablado acerca de las retenciones de personas, hombres o mujeres de la población civil, que con fines financieros efectuamos las FARC a objeto de sostener nuestra lucha (…) anunciamos también que a partir de la fecha proscribimos la práctica de ellas en nuestra actuación revolucionaria", dijo el grupo rebelde en un comunicado.
La guerrilla obtiene millonarios recursos económicos del narcotráfico, el secuestro, la extorsión y la minería ilegal, de acuerdo con fuentes de seguridad.
Santos valoró el anunció de la guerrilla y dijo que renunciar al secuestro es un paso importante en la dirección correcta, pero no suficiente.
"Valoramos el anuncio de las FARC de renunciar al secuestro como un paso importante y necesario pero no suficiente en la dirección correcta", dijo el mandatario a través de su cuenta de Twitter.
Además del fin del secuestro y de la liberación de los rehenes, el presidente exige la suspensión de los ataques terroristas, del narcotráfico, así como la disposición de deponer las armas y reintegrarse a la vida civil.
Aunque el grupo rebelde, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, anunció la liberación de 10 efectivos de las Fuerzas Armadas, algunos secuestrados desde hace más de una década, no se refirió a por lo menos 300 civiles que de acuerdo con el Gobierno y grupos de derechos humanos, están privados de la libertad por las FARC.
BRASIL EN PROCESO DE LIBERACIÓN
El grupo rebelde se comprometió en diciembre a liberar seis militares y policías que mantiene privados de la libertad, pero ahora incluirá en el proceso a otros cuatro.
El proceso para la liberación de los rehenes se paralizó luego que la guerrilla denunció operaciones militares en la zona en donde los mantenía.
En el mismo comunicado, las FARC aceptaron la participación de Brasil en el proceso de liberación, país que suministrará los helicópteros y las tripulaciones para recibir los rehenes en medio de la selva, como lo hizo en anteriores oportunidades.
"Queremos comunicar nuestra decisión de sumar a la anunciada liberación de los seis prisioneros de guerra, la de los cuatro restantes en nuestro poder. Al agradecer la disposición generosa del Gobierno que preside Dilma Rousseff y que aceptamos sin vacilación", aseguró el grupo rebelde.
Santos dijo que su Gobierno dará todas las garantías para que los 10 rehenes sean liberados, pero sin un "circo mediático".
En el pasado el Gobierno acusó a las FARC de utilizar las liberaciones escalonadas de rehenes como una estrategia para ganar protagonismo político a nivel nacional e internacional, así como para limpiar su degrada imagen vinculada con el narcotráfico, el secuestro y otros crímenes.
Los últimos diálogos de paz con las FARC, que fracasaron, se cumplieron entre el 1999 y el 2002, durante el Gobierno del ex presidente Andrés Pastrana.
Aunque han sido debilitadas por una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos -que se inició en el 2002 con el ex presidente Alvaro Uribe- en medio de la que han muerto importantes comandantes mientras que miles de combatientes han desertado, la guerrilla aún mantiene capacidad de realizar ataques de gran impacto.
El grupo rebelde reactivó en los últimos meses sus ataques en diferentes zonas del país de 46 millones de habitantes, incluido el sector petrolero, uno de los principales motores de la economía colombiana que creció alrededor de un 6 por ciento en el 2011.
Las FARC consideraron que aunque hay serios obstáculos para lograr una paz concertada "no caben más largas (prolongaciones) a la posibilidad de entablar conversaciones".
El anuncio de la guerrilla activa más antigua de América Latina generó optimismo de que pueda ser un primer paso para un diálogo de paz con el Gobierno.
"Yo creo que es una gran noticia, si eso lo hacen, realmente merece tomar en serio mirar viabilidades para que ellos se incorporen a la democracia", dijo el ex alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, quien estuvo al frente de la primera fase de las fallidas negociaciones con las FARC en el Gobierno de Pastrana.
(Reporte de Luis Jaime Acosta; Editado por Ricardo Figueroa)