Arte y Cultura
Granada, Nicaragua
Por Augusto Cermeño
Gioconda Belli desgrano poemas de infinito sentimiento y pasión, que penetra en lo más profundo del alma humana, del amor y el corazón. Ella nos lleva por senderos sinuosos, donde surge la naturaleza humana, la vida y la luz.
Gioconda nos dice en unos de sus preciosos poemas: Yo soy la indómita gacela,
El trueno que rompe la luz sobre tu pecho.
Yo soy el viento desatado en la montaña;
El fulgor concentrado, el fuego del ocote,
Yo caliento tus noches, encendiendo volcanes en mis manos, mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta voz, vestida de lluvia y de recuerdos, viendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino, la claridad que rompe la tiniebla; yo pongo estrellas entre tu piel y la mía, y te recorro entero, sendero tras sendero, descalzando mi amor, desnudando miedo.
Yo soy un nombre que canta y te enamora, desde el otro lado de la luna.
Soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
Yo soy algo que crece, algo que ríe y llora.
Yo, la que te quiere.