Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
El viernes 19 de febrero 2010, pasamos vista de la escultura de hierro que los poetas sembraron en el Parque General Sandino, también llamado “Parque de la poesía”, en homenaje al poeta Azarías H. Pallais.
La escultura, obra del escultor austriaco Johannes Kranz, con patrocinio español, fue colocada en el costado sur del parque aludido, esquina suroeste, con asistencia de más de un centenar de poetas del mundo y granadinos amantes de la poesía.
Los poetas instalaron mesas de lectura, pasando una tarde agradable, rodeado de esculturas de otros poetas como Carlos Martínez Rivas, Joaquín Pasos Arguello, Pablo Antonio Cuadra, Quico Fernández, Salomón de la Selva, Alfonso Cortez y el general Augusto César Sandino, quien parece observarlo todo desde una prudente altura, donde se instaló su escultura.
P. Pallais con un vecindario envidiable de poetas y el mero General Sandino
El P. Azarías H. Pallais, un sacerdote que se identificó plenamente con los menos afortunados de esta tierra, quedó, en su escultura de hierro, sembrado a la par de otros poetas y del mero General Augusto César Sandino.
Pallais tiene muy cerca a Salomón de la Selva, quien con un poema titulado “La Bala”, le da la bienvenida al barrio de los poetas férreos. Esto dice el Poema:
La bala que me hiera será bala con alma.
El alma de esa bala será como sería la canción de una rosa, si las flores cantaran o el olor de un topacio.
Tras la escultura de Azarías, esta la de Alfonso Cortez, quien lo recibe con el poema “Ventana”, que se lee en regletas de hierro pintadas de negro, con letras blancas, clavadas verticalmente sobre una base de concreto, a su vez sembrada en la tierra
Ventana
Un trozo azul tiene mayor intensidad que todo el cielo;
Yo siento que allí vive, a flor del éxtasis feliz mi anhelo
Un viento de espíritus pasa muy lejos,
Desde mi ventana dando un aire en que despedaza su carne una angélica Diana
Y en la alegría de los gestos, ebrios de azur que se derraman…
Siento bullir locos pretextos que estando aquí idealla me llaman.
El P. Pallais no hizo esperar mucho a tan distinguidos y amables vecinos, poetas como él, y les habló de los pobres. Desempolvó su poema: “Entierro de pobre”.
Entierro de pobre
Entierro de pobre, ya sabes, amigo.
No quiero que vengan otros conmigo
Los otros aquellos del otro camino,
Los que me dijeron: es agua tu vino, los que sacudieron mi alma florida,
Para tejer burlas, en charlas subida.
Entierro de pobre, ya sabes, amigo, sin flores horribles de trapo contigo, y mis cuatro hermanos, bellos, silenciosos, sin esa etiqueta, sin esos curiosos, sin los obligados que dicen: debía venir al entierro.
Y en charla vacía, prosiguen narrando su gracioso cuento.
Entierro de pobre.
Mi acompañamiento será de unos pocos.
La misa temprano de aquel padre Valle, canto gregoriano en iglesia pobre y un solo cantor, misa verdadera de nuestro señor…
El general Sandino, vistió su mejor gabardina para recibir al poeta Pallais, con los honores que se deben tributar a quien se consagro a Dios y se puso al servicio de los más necesitados. Un poco más alejados están dentro de sus frías esculturas férreas el poeta el poeta manolo Cuadra y Pablo Antonio Cuadra, inspirados en el ir y venir de los poetas vivos que llegaron de todo el mundo.