Monitoreo
Nacional
Keysi García, END
Dos sismos sacudieron la capital la mañana de este sábado, reportó el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
El primero ocurrió a las 10:31 a.m. con magnitud de 2.7 en la escala de Richter, a un kilómetro de profundidad y su epicentro fue localizado a dos kilómetros al suroeste de las instalaciones de la misma institución que monitorea los sismos.
Sismos sacuden Managua
Según informes del gobierno central, el punto exacto fue detectado a 80 metros de la rotonda Cristo Rey, lo que provocó que los habitantes de los barrios cercanos lo sintieran con intensidad.
El segundo sucedió tres minutos después y alcanzó una magnitud de 2.9, cuyo epicentro se ubicó a 1 kilómetro al noroeste de la capital, en el sector conocido como “La Loma de Chico Pelón”, a seis kilómetros de profundidad.
“Los dos sismos se ubican entre la falla de Tiscapa, a la que siempre le tenemos mucho respeto, la falla escuela y la falla Chico Pelón”, declaró la vicepresidenta Rosario Murillo a medios oficialistas.
El geólogo Dionisio Rodríguez aseguró que los dos sismos que sacudieron la capital ayer por la mañana no son productos del movimiento de una falla en específico, sino de la actividad general del sistema de fallas de la capital.
Rodríguez afirmó que los dos temblores, uno de 2.7 y otro de 2.9, que se sintieron ayer en la mañana fueron de magnitudes pequeñas.
“El experto explicó que, cuando hay sismos mayores a magnitud de 4 o una serie de sismos, se pueden analizar los epicentros y los focos, que es la profundidad donde se desencadenan estos fenómenos.
“Se puede hacer análisis para determinar si ellos están alineados a una estructura principal (falla) y saber la liberación de energía. Entonces se establece el área que puede ser afectada si la sismicidad continúa”, detalló Rodríguez, quien resaltó que, como los sismos de ayer fueron escasos y de baja magnitud, es difícil relacionarlos a una falla específica.
“Los sismos de ayer fueron provocados por liberación de energía, lo que provoca ruptura en el subsuelo y se da un movimiento de falla. Cuando las autoridades señalan el epicentro de un sismo de esta magnitud, simplemente dan una ubicación geográfica, no la falla que lo provocó”, subrayó Rodríguez.
Fallas activas
El geólogo manifestó que se le denomina a una falla inactiva, cuando pasa un período de 10 mil o 5 mil años sin récord o registro de movimiento. Aseguró que Managua está asentada en un sistema geológico muy joven y las fallas que alberga son todas activas. “No porque se estén moviendo a diario, sino porque tienen récord de actividad de hace menos de 10,000 años”, explicó.
No obstante, añadió que en cualquier momento pueden producir sismicidad. “Al otro lado del lago, en la parte central del país, el volcanismo acabó y ahí sí hay fallas inactivas”, detalló.
Las fallas más peligrosas
Según Rodríguez, las fallas más peligrosas son las más largas. La más grande que existe en Managua es la de Mateare-Las Nubes, en El Crucero, que mide 30 kilómetros aproximadamente. “Está divida en segmento, tiene tres grandes partes y el movimiento de cualquiera de ellas puede ser más potente que una falla pequeña”, explicó.
La fallas de Tiscapa y de Chico Pelón, en el centro de Managua, son de menor longitud, sin embargo, muy dañinas porque hay infraestructuras a su alrededor. “Los humanos y los bienes son considerados elementos en riesgo, aunque la liberación de energía que produzcan estas fallas sean menores que una grande, como la de Mateare-Las Nubes”, detalló.
Tiscapa y Chico Pelón son fallas que miden menos de 10 kilómetros cada una, dijo Rodríguez. La falla de Cofradía es la segunda de mayor extensión. Se ubica al este de Managua, prolongándose desde el lago de Xolotlán, cruza Tipitapa en dirección al volcán Masaya, mide más de 20 kilómetros. La tercera más extensa es la falla de Nejapa, que viene desde Xiloá, Asososca y termina en Nejapa. Tiene una longitud de más de 12 kilómetros.
Actividad ha aumentado
Por su parte, Eduardo Mayorga, especialista en geofísica, precisó que los expertos siempre están a la expectativa de los sismos, debido a que es imposible predecir un terremoto. Sin embargo, en el monitoreo sísmico de Nicaragua se ha detectado un aumento en la actividad.
“De 2014 para acá, la sismicidad y la actividad volcánica ha aumentado radicalmente. No sabemos a qué se debe, los científicos están estudiando eso y les llevará algún tiempo saberlo. A nivel nacional tenemos que escuchar las orientaciones del instituto oficial del Estado, a través del departamento de sismología”, indicó Mayorga.
Por lo tanto, el especialista advierte que es importante tener planes de emergencias dentro de las viviendas nicaragüenses, en los que cada miembro sepa cómo reaccionar ante un evento sísmico para protegerse a sí mismo y a quienes lo rodean.
Las medidas también consisten en mantener despejadas las rutas de salida de las casas, especialmente durante la noche, y tener a mano elementos como llaves, linternas y un botiquín médico.
“Hay que tomar esto con calma. Estar alerta es una cosa y ponerse nervioso es otra. Estar alerta implica estar atentos a las medidas del Ineter y el Sinapred, sin caer en el pánico”, recomendó el especialista.