Monitoreo
Arte y Cultura
Juan Bolea es un periodista y escritor español. Le gusta la Geografía y la Historia y también la novela negra. Le gusta tanto que ha escrito varios libros y ha creado un personaje. No cualquier personaje. Su detective es la inspectora Martina de Santo. Bolea ha llegado a Nicaragua para impartir un taller de novela negra y participar en el evento literario Centroamérica Cuenta.
Hoy Bolea junto con grandes escritores de novela negra como el cubano Leonardo Padura, la española Marta Sanz y el costarricense Daniel Quirós, estarán en un conversatorio a las 7:00 de la noche de este miércoles en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra (Hispamer).
¿Qué es la novela negra?
Para mí es una mezcla de arte y análisis. Mi forma de entender la novela policíaca es bastante canónica desde el punto de vista narrativo, pues utilizo a un detective —Martina de Santo— a través de cuyos ojos se ve el discurrir de la acción. Mis aportaciones se centran en el estilo y en las tramas. Me gustan los enigmas complejos, derivados de temas culturales o históricos, de misterios de antiguas civilizaciones o religiones, o de conflictos psicológicos. Novela negra es hoy un género en alza por la calidad de los escritores que lo practican. También por sus temas, que abordan asuntos y conflictos de actualidad, a menudo desde una óptica crítica.
¿Cuál es el objetivo…?
Seducir al lector con un ritmo vivo y elevadas dosis de intriga.
¿Por qué se considera subgénero…?
Es un apriorismo, un prejuicio ridículo. Como novela, la policíaca está a la altura de cualquier otra. Y desde luego los maestros que la han practicado están a la altura de los más grandes autores de su tiempo.
¿Qué trata de explicar?
Lo inexplicable, esto es, la naturaleza del mal que anida en nuestro interior, junto con el concepto del bien, la justicia, la empatía, etc. Toda novela plantea una lucha más o menos clara entre el mal y el bien, entre la luz y la oscuridad, lo claro y lo turbio… En esos dualismos en donde la novela negra trata de bucear en la psicología de los personajes y del alma humana.
¿Los grandes maestros de la novela negra?
Chandler es un gran maestro, pero se le debe leer o estudiar en su contexto. Cada autor debe elaborar sus propias normas estilísticas y argumentales, si quiere enriquecer los géneros y la literatura de su tiempo. Destacaría también a Truman Capote y a Patricia Highsmith.
¿Los principales personajes…?
Muchos. Desde Sherlock Holmes a Anibal Lecter el elenco es variadísimo. Policías, detectives, jueces, espías, mujeres fatales… La lista es abrumadora.
¿Se puede, a través de la novela negra, mostrar las realidades de América Latina?
Ya lo creo. Tantos las actuales como las pasadas integran la temática del género. En una de mis novelas, La mariposa de obsidiana me inspiré en escenas sacrificiales aztecas, y en El oro de los jíbaros en las costumbres ancestrales, chamánicas, de las tribus amazónicas. En ambas aparece la corrupción, el tráfico de drogas…
¿La novela negra es solo de crímenes?
No, en absoluto. Trabaja con las realidades de las sociedades de nuestro tiempo. Con el desempleo, la política, la emigración, la integración, la corrupción, las nuevas tendencias de la comunicación o de la moda… Es muy documental, un reflejo del presente.