EFE
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió ayer «no dejarse llevar por la emoción que algunos manipulan» en la tensión desencadenada con nuevo Gobierno italiano por la gestión del Aquarius ni caer en la provocación.
«Hace un año que trabajamos mano a mano con Italia de forma ejemplar. Hemos dividido por diez las llegadas, con un trabajo en Libia, en el Sahel, activo y constructivo», dijo Macron en referencia a su cooperación con el precedente Ejecutivo italiano durante un viaje de trabajo en Vendée, en el oeste del país.
«Quién sería yo si diera la razón al que provoca y busca la provocación, que viene a decir: ‘Soy más fuerte que los demócratas y echo un barco que veo que se acerca a mis cotas’, dijo Macron en en alusión a la extrema derecha gala.
«Si le doy la razón, ¿ayudo a los demócratas? No olvidemos quién nos ha hablado. Porque conocemos a los mismos», señaló.
Para Macron la respuesta está en acometer «una política de desarrollo, de seguridad, de desmantelamiento de las redes de traficantes en África», una política común de asilo, una «política de solidaridad dentro y fuera de nuestras fronteras»
La relación con Italia se tensó después de que el presidente de Francia acusara este martes a su Gobierno de «cinismo» tras negar el desembarco en sus puertos de la embarcación Aquarius, con 630 inmigrantes a bordo.
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El Ejecutivo italiano exigió hoy disculpas inmediatas a Francia por esos comentarios, además de anular la visita de este miércoles de su ministro de Economía, Giovanni Tria, a París.
Además, el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, señaló que entendería que el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, también cancelara la reunión fijada para el viernes con el mandatario francés.
El Elíseo, no obstante, destacó hoy que Francia «no ha recibido ninguna información de la presidencia del Consejo (italiano) sobre una petición de disculpas o una posible anulación» de la visita de Conte.