Culturales
Managua, Nicaragua
Clemente Guido Martínez -Historiador-
– A propósito del Güegüense
– Dedicado a Ronald Abud. Folklorista
“Güegüense: ¡Ah!, mi tiempo, cuando fui muchacho. El tiempo del hilo azul…; cuando me veía en aquellos campos de los Diriomos alzando aquellos fardos de guayabas. ¿No, muchachos?” (Texto Del parlamento original)
EL HILO AZUL EN EL GÛEGÛENSE
El Güegüense, “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, contiene en su parlamento una cita referida a los tiempos del “hilo azul”, en clara memoria de la pesca de caracol o múrice, productor de una tinta púrpura con la que nuestros antepasados indígenas teñían el algodón que era parte de la agricultura Nicarao y Chorotega del Siglo XVI y posteriores.
El intelectual nicaragüense Don Carlos Mantica nos indica que el personaje principal evoca los “tiempos del hilo azul”, en clara referencia a esta producción nicaragüense. Recordemos que esta obra se ubica aproximadamente en el Siglo XVII.
Dice Mantica:
.“Una especie de anti-héroe (El Güegüense) con grandes virtudes y defectos: a un pequeño burgués, de “buena familia”, pero venida a menos, que desde muy joven anduvo en aquellos campos de los Diriomo alzando fardos de Guayabas y quizás trabajó en la peligrosa recolección del múrice, el molusco del que se extraía la tinta para el hilo azul. Tiempos que recuerda en el parlamento” (1).
EL MURICE EN LA ECONOMÌA COLONIAL.
Hernán Cortés, el conquistador de México, en sus informes al Rey de España sobre los productos preciados en las nuevas tierras conquistadas, informa que el caracol productor de la “tinta azul” con la que nuestras comunidades indígenas teñían el algodón para elaborar mantas o ropa de vestir, era parte de la pesca en las costas de Nicaragua. Cito:
“Más singular es el caracol que se pesca en las costas de Nicaragua y Santiago de Veraguas, que cría dentro una ampolla de licor, que es la verdadera púrpura ó múrice, pues sin más que pasar un hilo por aquél humor, queda perfectamente teñido y lavándolo se refina más. Se coge en las crecientes de la luna, y después de aprovechado se arroja en las playas y en otra creciente vuelve a dar el licor” (2).
Llama la atención esta mención de Nicaragua, porque Cortés no estuvo en Nicaragua, por lo que tuvo que ser informado por Alvarado, o podríamos preguntarnos si este caracol no era acaso uno de los tributos de Nicaragua a México previo a la conquista española, bajo el dominio Azteca.
En el siglo XVII, un cronista guatemalteco, Don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán (1624-1700), nos confirma que la pesca del caracol púrpura sigue siendo una práctica económica necesaria de Nicaragua.
“Son los frutos de estos pueblos (El Viejo, Pozoltega, Pozolteguilla, Chichigalpa) muy estimables, no solo para el reino del Perú, sino para los de Guatemala y México, y no poco aprecio para España, en especial el hilo de caracol, que es el verdadero múrice” (3).
Eugenia Ibarra Rojas, historiadora Costarricense, incluye el caracol productor de esta tinta azul, como uno de los moluscos de mayor importancia en el intercambio comercial de la provincia de Nicaragua en sus primeros años de vida política hispanoamericana:
“Recursos específicos como la sal, las perlas, el tinte del caracol de múrice y el pino, en las zonas altas de Nicaragua, entre otros, tuvieron gran importancia en las relaciones que se dieron entre sus pobladores –incluidos los españoles- en el Siglo XVI” (4)
LOS PESCADORES DE PECES Y CARACOLES.
Si esto es así, debemos encontrar evidencias documentales que nos informen sobre este tipo de actividad económica en las tasaciones. Tomaré como referente, la Tasación de 1548, realizada en San Salvador, y que ha sido analizada por el Dr. Patrick Werner (5).
En la Tasación referida, se mencionan dos tipos de pescadores: Los que servían al encomendero durante la cuaresma y los viernes (evidentemente para pescar peces de ríos, lagos o del mar, con motivo de la prohibición religiosa de comer carne los viernes y durante la semana mayor, Oviedo, 360).
Y a los que no se les especifica en la tasación, un tiempo definido de servicio como pescadores. Sobre este tipo de pescadores, se mencionan dos lugares significativos cercanos al mar, estos son Sutiaba y Acosasco (ambos en León), pero el número de servidores es muy improbable que sea verdadero, pues para cada caso apenas se mencionan SUBTIAVA (Francisco Tellez): 2 Indios para pescar (Werner, 381) y Deacozaco (acozaco, Joan Gallego): 2 indios para pescar y servir (Werner, 394).
En el trabajo del Dr. Werner, se mencionan otros 19 indios pescadores obligados a tributar con sus trabajos, en 13 encomiendas más, pero sobretodo son encomiendas vinculadas al Lago de Managua y al Gran Lago de Nicaragua, así como a la Laguna de Masaya y Apoyo, donde no se encuentra el caracol de nuestro interés en este artículo.
OVILLOS DE HILO
Hay un dato muy interesante en esta tasación, referido al actual Puerto Sandino (municipio de Nagarote, costero del Océano Pacífico), donde se reporta la colecta de ovillos de hilo. El lugar es mencionado con el nombre de Maniati o Maniaci encomendado a Francisco Pérez de León, a quien los indígenas tenían que tributarle con 12 ovillos de hilo de algodón, cada uno pesando 0.5 libras (Werner, 433):
¿Por qué me detengo en este detalle? Por la sencilla razón que el puerto Sandino es costa con unas playas (Playa azul) donde podrían encontrarse los Caracoles de nuestro interés, desconozco si esto es así, pero en caso de comprobarse que en dicho puerto existen estos caracoles (lo cual queda pendiente de investigar), tendría lógica que a esta encomienda se le exija entregar 12 ovillos de hilo de algodón (puesto que ya sabemos que el tinte azul del caracol tiene la finalidad de colorear el hilo de nuestras referencias).
Si el párrafo anterior les parece un poco aventurado, vale la pena decir a favor de esta hipótesis que esta es la única encomienda a la que se le pide ovillos de hilo, cuando a todas las demás que se les pide algodón, se les exige que sean mantas blancas, mantas de colores o algodón sin procesar, o hamacas, o telillas, pero a ninguna otra se le pide ovillos de hilo específicamente.
Sin embargo, debo agregar que si bien estos ovillos de hilo podrían ser de “hilo azul”, también podría haber más producción de hilos para el mercado o tiangue indígena que todavía se conservaba a finales del Siglo XVI, y en el cual se comercializaba –según nos informan los cronistas- con caracoles de mar molido como cal para combinarlos con el yaat (coca) (sin especificar qué tipo de caracoles, Oviedo 34).
LA PRODUCCIÓN DE MANTAS DE COLORES
Oviedo menciona en Nicaragua “hay muchos colores de todas cuanta manera se suelen hallar por el mundo, y muy buenas y vivas, con que tiñen las mantas y el hilado de algodón y las otras cosas que quieren pintar; y hay de aquellas conchas y ostras de la púrpura en el Golfo de Orotiña o Nicaragua por aquella costa del cabo blanco adentro y así mismo hay perlas en una isla pequeña que se dice Miapi” (Oviedo, 453).
En otra parte de sus crónicas Oviedo menciona al Nancite como otra fruta de la cual se podían hacer tintes para colorear mantas de algodón (Oviedo, 86 y 182).
El hecho es que en la tasación de 1548, Managua destaca significativamente como productor de mantas de colores. Mazagalpa, Guatepe y Xicogalpa (tres encomiendas identificadas como ubicadas en la “gran Managua” por el Dr. Patrick Werner), producían entre todas: 200 mantas de color en Mazagalpa, 60 en Guatepe y 40 en Xicogalpa, para un total de 300 mantas de colores (Werner, 404, 405,450 y 476).
Las indias de Managua hilaban y tejían el algodón, y dado que era a colores, también lo deben haber teñido (Oviedo, 304).
¿El añil? Será historia posterior, que seguramente desplazó al “hilo azul”, al nancite y cualquier otro producto utilizado para teñir el algodón. Por eso, el Güegüense evocará aquellos “tiempos del hilo azul”.
Para finalizar este breve artículo sobre el “Hilo Azul”, quiero ofrecer alguna información científica sobre el caracol que lo produce, el Múrice.
¿Pero qué es el MURICE?
Según la Academia de la Lengua, múrice, proviene del latín murex, -ĭcis) y es un Molusco gasterópodo marino, con pie deprimido, que en la base de la abertura de la concha tiene una canal de longitud variable. Segrega, como la púrpura, una sustancia muy usada en tintorería por los antiguos.
PLICOPURPURA PANSA
Veamos qué nos dicen las revistas científicas contemporáneas sobre este Caracol productor de la tinta azul.
Plicopurpura pansa (Familia Thaididae), es gasterópodo dioicos, depredadores de la zona intermareal, comunes sobre sustratos duros en el Pacífico este tropical. El límite geográfico al norte para ambas especies es Baja California (Keen, 1971) y hacía el sur se han reportado en las costas del Perú, Chile y las Islas Galápagos (Wellington y Kuris, 1983 y Turok, et al. 1988): Revista Electrónica de Veterinaria, España, REDVET.Volúmen 10, número 2, febrero del 2009. Delia Domínguez Ojeda, y otros.
La especie Plicopurpura pansa (Gould, 1853) destaca por ser de la que se ha aprovechado mayor cantidad de tinte en los estados de Chiapas y Oaxaca. Culturas indígenas como los Mixtecos y Chontales han realizado el teñido de telares de algodón desde tiempos prehispánicos, lo que representa una tradición que los caracteriza; registros sobre pictografías de códices Mixtecos dan testimonio de ello (Castillo-Rodríguez et a.,l 1992): Dirección General de Vida silvestre, Huatulco, Oaxaca.
El caracol púrpura es un recurso cultural y económicamente importante, debido a que de él se extrae un tinte que desde épocas prehispánicas se ha utilizado para teñir prendas de vestir, las cuales han estado relacionadas con el poder y la cultura mágico–religiosa de los grupos indígenas que se han dedicado a esta actividad (Turok et al. 1988): Revista Biológica Tropical, Vol. 55, setp-dic 2005. México.
FUENTES:
- Mantica, Carlos. http://www.diriamba.info/El_gueguence_1.htm
- HISTORIA DE MEXICO. Escrita por HERNÁN CORTÉS. Aumentada por Francisco Antonio Lorenzana, antiguo Arzobispo de México. Revisada y adaptada por Manuel del Mar. 1828, New York. Elizabeth Fundación. Princeton University, Library.
- Nicaragua en los Cronistas de Indias, Colección Cultural Banco de América, Serie Cronistas No.2, pg. 224. 1996.
- “Fronteras étnicas en la conquista de Nicaragua y Nicoya” Eugenia Ibarra Rojas. 2001. Universidad de Costa Rica
- Werner, Patrick S. Etnohistoria de la Nicaragua temprana. Grupo Editorial Lea. 2009.
- “Nicaragua en los Cronistas de Indias, Colección Cultural Banco de América, Serie Cronistas NO. 3, 1996. Varias Citas.
- Revista Electrónica de Veterinaria, España, REDVET.Volúmen 10, número 2, febrero del 2009. Delia Domínguez Ojeda, y otros
- Dirección General de Vida silvestre, Huatulco, Oaxaca.
- Revista Biológica Tropical, Vol. 55, sept-dic 2005. México.