Departamental
Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño
13 Mayo 2020
Las autoridades del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA) declararon Reserva Silvestre Privada la Hacienda Los Malacos, luego de que un propietario emprendedor y creativo reviviera la biodiversidad, el paraíso que existía hace más de 400 años. MARENA entregó el reconocimiento el viernes 8 de mayo.
El propietario es el doctor José Antonio Alvarado, actualmente Diputado del Parlamento Centroamericano, quien decidió adquirir una propiedad con una historia de aproximadamente 2 mil años, y darle los retoques al árido llano (en verano) y al pantano (en invierno), hasta transformarlo un inmenso bosque donde habitan monos perezosos de dos uñas, de tres uñas, osos hormigueros y guardatinajas.
Mucha historia precolombina y de la conquista española
Alvarado dejó a la mano de todos las evidencias de mucha historia precolombina, en un área de 120 manzanas, poblada ahora con árboles frutales “sembrados para darle sostenibilidad a la biodiversidad. No solo se venden cosechas sino que queda abundante recursos de comida para los animalitos”.
Refiriéndose al lugar, dijo que “aquí donde estamos tiene aproximadamente 2 mil años de historia. Aquí tenemos piezas arqueológicas certificadas por el Instituto Nicaragüense de Cultura, de mil 300 y mil 700 años de antigüedad. En este lugar, hace 2 mil años, habitó un grupo de sacerdotes mayas que vinieron a estos lados enviados junto con los que vinieron a poblar Ometepe”.
El Cacao, fruto sagrado de los mayas
Revela que los mayas vinieron con “el único propósito de sembrar cacao, y aquí surgió el tema del cacao como moneda, porque el cacao de aquí era un cacao sagrado, cultivado por sacerdotes mayas. Lo llevaban en lomos hasta Tical, Guatemala, cerca de México”.
Según expresó Alvarado, el viaje a Tical “lo hacían constantemente, y era el cacao que usaban en las grandes celebraciones y los grandes festejos de los mayas, y eso sucedió por muchísimos años, cienes de años, hasta la conquista”.
Cuando llegaron los conquistadores españoles, “la propiedad (Los Malacos) se consideró tan emblemática que no se la adjudicó ningún colonizador, sino que se la dejaron al reino de España, y el reino de España la tuvo hasta 1775, con Carlos IV. Cundo la corona española era dueña de una propiedad, entonces la nombraban “Encomienda”. El encomendero era el que era el que venía a cuidar la propiedad”.
Según Alvarado “el primer encomendero que nombro la corona española es un era un griego de apellido Malakos (con k), pero aquí no usamos la “k”, y desde entonces se “Los Malacos”, como se conoce ahora”.
En 1775, el rey de España Carlos IV se la obsequia a una mujer, considerada heroína nicaragüense: Rafaela Herrera. Según Alvarado “Rafaela era una viuda de 25 años y 6 hijos. El rey de España le otorga una pensión y dice: entréguesele una propiedad de la corona española que este cerca de Granada y que sea productiva. Aquí habían 90 mil palitos de cacao, y esos palitos de cacao están certificados de la época”. Como referencia, el doctor Alvardo habla de las páginas escritas por el diplomático e historiador norteamericano Ephraim George Squier en su libro: “Nicaragua y su gente”.
Casa más antigua de Centroamérica
José Antonio, hace referencia a la casa hacienda que data del año 1600, la que “fue reformada en 1750 porque se cambiaron cuatro postes nada más, pero toda la estructura es exactamente igual”.
La propiedad comprada por Alvarado, que antes estuvo en manos de varias personas, después de Rafaela Herrera, lo que hizo reflexionar al diputado sobre qué hacer con una hacienda con tanta historia y pensó: “esta propiedad tiene mucha historia, qué hago para que tenga futuro?. Eran 18 potreros totalmente desprotegidos, sin ningún árbol, excepto esta arboleda de mangos de 270 años, pero después no había nada”.
Seguidamente el feliz propietario comenzó a sembrar árboles, más de 300 mil árboles y 26 mil plantas ornamentales y “una cantidad inmensa de palmeras”. También ha sembrado 25 mil palitos de cacao, “con la idea de hacer chocolate dentro de dos o tres años. Porque esta hacienda produjo el cacao para el famosísimo chocolate Menier, que llegó a ser el mejor chocolate del mundo…”.
Aves migratorias y 54 especies permanentes de aves
Además, hay 54 especies de aves permanentes, hay cuatro tipos de búhos, aguiluchos y gavilanes. “Hace 15 años no existía, hace 15 años era considerado un pantano en invierno y un llano en verano. Hoy todo es reforestado, eso que es “El llano” son hoy 28 manzanas de bosques, donde casi no entra el sol”.
Alvarado habla del “pantano” que fue transformado en un pequeño lago, donde conserva agua, “cosechamos agua, donde hay miles de tortugas, miles de peces, lagartos, cocodrilos, y todos conviven”.
José Antonio habla como un verdadero vocero virtual de la naturaleza, diciendo que “la naturaleza es tan extraordinaria que tiene su propio lenguaje, y sabe leer, sabe escuchar la actitud de nosotros”.
En el lugar hay un letrero que dice: …la naturaleza nos habla pero la humanidad no escucha”. Alvarado considera que: “Nos hemos vuelto sordos, a veces, ante la naturaleza. A veces en el campo, tristemente el primer regalo que le dan al niño es una honda para eliminar a los pajaritos”. Pero el doctor Alvarado olvida que en las ciudades, en las haciendas, los padres les regalan a sus hijos rifles 22, o un rifle de balín, para matar o cazar animalitos de Dios.
Esta situación es la que ha creado que “muchas especies estén en peligro de extinción, precisamente por la actitud que se ha tomado”. Agrega que el lugar declarado Reserva Natural Privada es “un centro de educación, un centro de reflexión, donde “la gente diga: si yo pase hace 10 años y esto era nada, ahora hay un jardín desde la entrada hasta, prácticamente, dos kilómetros al fondo”.