Granada, Nicaragua
Sábado 11 mayo 2013
Augusto Cermeño
La señora Flor de María Sequeira Maldonado, denunció ante LAVERDAD, la humillación y pisoteo de su dignidad como mujer y como ser humano, en el Supermercado PALI, donde una de las cajeras arrastró su nombre por el piso sin tener más justificación que la sospecha, la duda, la idea de que “es la negra ladrona a la que le sacamos del bolso dos desodorantes”, dijo Sequeira Maldonado.For de María, una mujer trabajadora, esposa de don Julio Detrinidad Barquero, y son parte de una gran familia granadina, de bien, reconocida por su honradez y buenas costumbres.
Flor de María, ni corta ni perezosa, se agenció de los servicios del más ilustre abogado granadino, como lo es el doctor Ernesto Zambrana Sanders.
El doctor Zambrana, según conocemos, introducirá formal demanda contra la empresa PALI-Walmart, para limpiar el buen nombre de la señora Detrinidad.
Es importante anotar, que este caso no es el primero ni el único, son varios granadinos que han sufrido este tipo de humillación, incluyendo a un hijo y un empleado de don Róger Barberena Garay.
Otro caso de humillación y pisoteo de la dignidad de las personas denuncia trabajador de don Róger Barberena Garay
Otro caso de humillación y pisoteo de la dignidad humana fue denunciado por el joven Exequiel de Jesús Aragón Avellán, trabajador del empresario granadino Róger Barberena Garay.Según nos relató Exequiel, el fue bolseado, maltratado y torturado por guardas que lo detuvieron, lo apresaron como si fuera un vulgar ladrón. Lo metieron a un cuartucho, donde lo mantuvieron por un rato, en un lugar donde se observan cables conductores de alta tensión a los que estuvo expuesto en su breve encierro.
Ahora Exequiel, se une a la demanda que interpondrá doña Flor Sequeira Maldonado, la que fue objeto no solo de ultrajes y humillaciones, sino que también de discriminación racial, ya que la trataron con el calificativo de “negra”.
En el caso de Exequiel, nos dice que él andaba comprando 6 litros de leche, hace varios meses. Al salir le salieron al paso un par de guardas que le dijeron si ya había pagado eso y Exequiel les contestó que sí.
“Pasa para adentro”, le ordenaron los guardas y uno de ellos le pidió al otro que le ayudara “para revisar a este muchacho”. Uno de los guardas se niega a registrar, argumentando que lo conocía y no había por qué registrarlo.
Exequiel, un joven de unos 22 años, nos dijo que al ser metido en el tenebroso cuarto, se le entumió el cuerpo y se sintió como fuera de este mundo. Jamás había sufrido tal humillación, siendo este muchacho una persona de probada honradez, según palabras de don Róger Barberena Garay.
En esa ocasión fuimos al PALI y se negaron a atendernos.
