Granada, Nicaragua
Por: Augusto Cermeño

Eso es un imposible, en un país cansado de los abusos de países vecinos que aprovechándose de las guerras, pobrezas y debilidades de Nicaragua, han llegado a cercenar buena parte del territorio nicaragüense, lo que es hoy Guanacaste y Nicoya.
Costa Rica, se ha aprovechado bastante de nuestras diferencias internas, de nuestras guerras, las que nos han mantenido en una situación de miseria y ha sido un imposible recuperarnos, sobre todo por la subida de gobiernos que solo se dedican a saquear los recursos, la riqueza de Nicaragua y muy poco han invertido en su desarrollo, para que nuestra situación cambie, de modo que se genere empleo, inversión y riquezas.

Expertos en guerras y pobreza, pero queremos paz
Los nicaragüenses somos expertos en guerras y en pobreza, aunque posamos nuestra vista en un futuro mejor y luchamos por seguir el camino de la paz, pero no resistimos la tentación de hacer realidad ese pensamiento del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino: “La Soberanía de un pueblo, no se discute, se defiende con las armas en la mano”.
Por eso deben pensarla mucho los costarricenses, aconsejar mejor a su Gobierno, a la Presidenta Laura Chinchilla, a sus medios de comunicación “patrioteros” chovinistas, para que dejen de batir tambores de guerra y dejen de estar azusando a su gente para hacernos la guerra, provocando a un pueblo con gran experiencia militar, pero amante de la paz.
Esa idea de paz, se puede romper si continúan las provocaciones y chantajes a los nicaragüenses que trabajan en Costa Rica o tienen residencia o ciudadanía tica, los que sabemos quieren seguir trabajado en paz. Un poco de respeto no cae mal a nadie.

Costa Rica, puede retroceder tanto como Nicaragua, si esta pensando en una solución militar al conflicto, siendo los grandes perdedores los pueblos de ambos países, los que enfrentaran las más duras calamidades de la guerra. Sobre todo Costa Rica, que ha pasado en paz desde hace más de dos siglos, desde la Guerra Nacional contra el filibustero Walker, cuando nos acompañaron para terminar quedándose con buena parte de nuestro territorio.
Muy pomposa e irresponsablemente, los costarricenses hablan de 100 mil hombres en armas contra Nicaragua. Eso es nada, para la capacidad organizativa, militar, de supervivencia y política de los nicaragüenses en general. Se pueden contar y reunir cienes de miles de compatriotas con entrenamiento y experiencia militar.

Nada sería más desastroso que una guerra entre Costa Rica y Nicaragua, promovida, desde ya, por los medos de comunicación ticos, de manera irresponsables. Aquí en Nicaragua, todos queremos las paz, pero queremos que se nos respete y es eso lo que deben escuchar en Costa Rica y dejar de estar de payazos, irresponsables, llamando a la guerra.
¡Mis vivas a Nicaragua y nuestro bello, hermoso y paradisíaco Río San Juan!