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En una votación histórica, 132 parlamentarios del Congreso de Guatemala votaron para retirarle la inmunidad judicial que amparaba al presidente del país, Otto Pérez Molina, de una investigación de corrupción por un masivo fraude fiscal, que ya puso en la cárcel a su Vicepresidente.
La votación, ocurrida la tarde del 1 de septiembre, no ha sido por el momento controvertida por el Pérez Molina, quien tampoco se ha pronunciado sobre el tema.
En las afueras de la sede del Congreso, cientos de personas celebraron la medida y se escucharon juegos pirotécnicos. Lea: Presidente de Guatemala enfrentará a la justicia, según vocero Fueron los guatemaltecos los que permitieron la votación del retiro de la inmunidad y formaron una valla humana para que los disputados pudieran entrar al recinto legislativo debido a que algunas d las entradas habían sido bloqueadas por simpatizantes del mandatario.
“Fue algo impresionante que la misma población llegó e hizo una cadena humana y un corredor para que pudiéramos pasar, me impresionó que le dieron una rosa blanca, nos protegieron de las agresiones de los sindicalistas que fueron acarreados para que no pudiéramos pasar”, dijo el diputado opositor Leonel Lira, que es uno de los 127 diputados que ingresó al edificio legislativo. Una pequeña bandera de Guatemala en cada curul y carteles improvisados donde se lee #soy voto 105 se puede observar dentro del hemiciclo.El Congreso necesita los votos de 105, de los 158 diputados al Congreso para discutir y decidir si le retira o no la inmunidad a Pérez Molina.
En Guatemala: Juez retiene a Otto Pérez Molina
En 2001, el general retirado Otto Pérez Molina iniciaba su carrera política como fundador del Partido Patriota y encabezaba las manifestaciones para exigir la renuncia del entonces presidente Alfonso Portillo, acusado de corrupción.
Catorce años después, y al cierre de sus cuatro años como presidente, es Pérez quien enfrenta la ira popular con manifestaciones masivas en su contra por cargos de dirigir una red de defraudación fiscal.
Pérez llegó a la presidencia en enero de 2012 con la promesa de aplicar mano dura contra la criminalidad, ante el clamor para frenar una ola de violencia que deja unos 6,000 muertos cada año.Miles de guatemaltecos salieron a festejar la votación. AFP- Miles de guatemaltecos salieron a festejar la votación. AFP –
Al concluir su mandato, la criminalidad continúa en alza mientras Pérez (64 años) enfrenta denuncias de la fiscalía y la comisión de la ONU contra la impunidad en Guatemala (Cigic), que lo señalan de encabezar una estructura criminal de defraudación en aduanas.
Atrincherado
Formado en tácticas contra insurgentes y contra inteligencia durante la guerra civil (1960-1996) que dejó unos 200,000 muertos, el gobernante se aferra al cargo pese a la indignación popular. Como buen militar se ha atrincherado en la Casa Presidencial y evita toda actividad pública.
El lunes pasado, en una rueda de prensa, descartó renunciar y negó haber recibido dinero mal habido.
Su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, con quién había fundado en 2001 el Partido Patriota (PP, derecha), tuvo que dimitir el 8 de mayo y ahora está en prisión preventiva acusada por el mismo caso.
Los dos se conocieron durante el gobierno del presidente Jorge Serrano (1991-1993), quien huyó del país en junio de 1993 después de enfrentar cargos de corrupción. Actualmente vive exiliado en Panamá como magnate inmobiliario.
HOMBRE DE GUERRA
Su formación como Kaibil, el cuerpo élite contra insurgente del Ejército guatemalteco, es lo que lo mantiene en el cargo porque “los Kaibiles nunca se rinden”, afirmó a la AFP la Premio Nobel de la Paz, la líder indígena Rigoberta Menchú.
“Él es un hombre de guerra, un hombre de inteligencia, un hombre peligroso”, afirmó la laureada en 1992, quien considera que por su formación castrense “él puede armar estrategias de choque” y desvirtuar las manifestaciones pacíficas en su contra.
Para Manfredo Marroquín, director de Acción Ciudadana, capítulo local de Transparencia Internacional, el gobernante es el “prototipo del político guatemalteco, que tienen mucha aceptación en las élites que no buscan cambios”.