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Nacional
Tras una maratónica sesión que concluyó a las 10:45 p.m. el juez Octavio Rothschuh condenó anoche a Hugo Paguaga, Álvaro Montealegre y a Roberto Bendaña por estafa agravada, crimen organizado y ofrecimiento fraudulento de efectos crédito.
Durante la última parte del juicio que se celebró por la mañana y luego por la tarde y parte de la noche, las víctimas, sus abogados y la Fiscalía reiteraron que los condenados no les dijeron que el dinero iba a ser invertido en sus empresas y que existía el riesgo de que lo perdieran.
Al filo de las 9:00 p.m. Álvaro Montealegre tomó la palabra y dijo: «Invertí US$500,000 y perdí también… Sé que ustedes invirtieron y se les debe pagar su dinero».
Roberto Bendaña se encuentra prófugo y fue juzgado y condenado en ausencia.
Horas antes Juan Francisco Mendieta, abogado de cinco de las víctimas, indicó que los acusados no pudieron demostrar en qué invirtieron el dinero. En tanto, Douglas Rodríguez, representante legal de tres de las víctimas, agregó que los acusados percibieron US$6.9 millones pero solo demostraron con documentos la ubicación de US$400,000. “¿Dónde está el dinero restante?”, cuestionó Rodríguez.
De acuerdo con la representante del Ministerio Público, Grethel Fernández, el dinero aportado por Montealegre y Bendaña fue para pagar la inversión que habían realizado las monjas del colegio Teresiano, y no ajustaba para cubrir la demanda del resto de las víctimas.
Fernández aseveró que todos los bienes que ofreció Montealegre para asumir las deudas con las víctimas no podían ser usados, ya que están hipotecados por el banco Lafise.
«No puedo responder si me tienen en la cárcel sin poder trabajar y con todos mis activos congelados, que sí tienen valor…». Álvaro Montealegre.
Agregó que los acusados seleccionaron a sus víctimas usando los siguientes criterios: que tuvieran recursos económicos, que fueran personas vulnerables y de la tercera edad, y que presentaran síntomas de enfermedad. Las víctimas compraron certificados emitidos por la empresa International Investment and Financial Services, fundada por los condenados, a cambio de intereses de 7% y 9%, dependiendo del caso, y perdieron en algunos casos ahorros de toda la vida. El caso data de 2013.
La defensa de Hugo Paguaga aseguró que su cliente nunca engañó ni estafó a las supuestas víctimas, ya que les explicó en detalle, en qué consistía el negocio. Dijo que se les explicó en qué iba a ser usado su dinero y que los certificados de inversión no eran títulos valores.
César Guerrero, la defensa de Montealegre, aseguró que este no engañó a las víctimas, ya que estas firmaron un contrato en el que estaban claros sobre los riesgos.
En ese sentido, cuestionó que los afectados ahora digan que no sabían de las operaciones comerciales y del convenio con International Investment cuando algunos de ellos son reconocidos economistas y administradores.
La defensa de Roberto Bendaña, quien huyó hacia Estados Unidos, señaló que en el juicio no se acreditó que su defendido fuera dueño o socio de International Investment y que este solo fue dignatario, es decir, que se le otorgó un cargo administrativo entre el 12 de junio y el 11 de agosto de 2009.