Granada, Nicaragua
Sábado 23 Noviembre 2013
Augusto Cermeño

La noticia no agradó mucho al señor Hernández Bravo, a quien visitó el 22 de noviembre (2013), a eso de las 10 de la mañana, en el taller, para informarle de la situación legal de la propiedad, muy conocida en Granada, por lo que es usada como punto de referencia para dar direcciones.
El abogado lamentó que el señor Hernández lo recibiera sonando un machete y le sacó una honda, presuntamente “para quebrarme los pies, dijo él, en altas y claras voces. Yo puedo entender que esté enojado, pero la casa se la vendió a un hijo, Henry Hernández y ese hijo se la vendió a don Manuel Berríos”.
Arguello explicó que él únicamente está procediendo “a hacer el desahucio en la vía notarial, el cual se rehusó a firmar. Así mismo, me sacó machete y me quiso machetear…”.
El abogado valora que “si conlleva un delito lo que él hizo. Yo no penetré en la casa, me quedé en la acera, pero sí él me amenazó con el machete y la honda”.
Sobre la política gubernamental de “no desalojos”, Gustavo dijo que “hay una seguridad jurídica, por parte del Estado, en donde si hay desalojo, previo a toda la tramitación judicial, Conforme a derecho, conforme a Ley, si hay”, subrayó.
“El Campanero” se negó a dar su versión

“Y va de viaje”, dijo, al tiempo que golpeaba un muro con un garrote, como indicando que podía usarlo contra la humanidad de quien suscribe esta información periodística.
Le explicamos sobre el desahucio del que nos habló el licenciado Gustavo Arguello y nos dijo que estaba “mudo para las personas, menos para un periodista que diga verdades o mentiras” y que no tenía “nada que decir. Hable con ellos”.
Nos retiramos en sana paz, pero al señor Campanero no le faltaron ganas de usar el garrote. Fue más que evidente.