6 febrero 2025

A una desconocida

 

Alaska
Por: Juan Roblero
 
 
A una desconocida que conozco
 
pues si gusta de la poesía
 
es porque guarda en su alma
 
un alma sensitiva.
 
No tengo el placer de conocerla
 
mas con mi verso trataré de complacerla,
 
tal vez de su alma… lleven la belleza
 
quizás de mi corazón la tristeza.
 
Me pregunto su nombre:
 
¿Violeta, Margarita, Azucena?
 
Como soy un hombre
 
se lo digo aunque sienta pena
 
imagino que usted lleva en su piel
 
la fragancia de las rosas
 
y en su boca fruta jugosa
 
se debe sentir lo dulce de la miel.
 
Soy un trovador
 
cansado solitario
 
buscando a diario
 
 enamorado al amor.
 
Igual que pájaro libre, mi alma
 
busca un nido apacible
 
donde reposen sus alas cansadas;
 
pienso a veces sea imposible
 
que recobre mi calma
 
pues busco y no encuentro a mi amada.
 
 
Deseo entre mis brazos estrechar
 
a alguien quien conmigo despertara
 
la deseara, la amara y respetara
 
ya que aún recuerdo el arte de amar.
 
Creo que esto es suficiente
 
no quiero cansarla con mi cuento
 
pero deseo penetrar su pensamiento
 
para conocer el secreto de su mente.
 
Perdone si imagino su fragancia
 
y si saboreo de su boca esa miel,
 
pues llevo lo atrevido de la infancia
 
y el deseo como hombre en la piel.
 
¡Ah olvidaba!
 
Yo a usted la llamaré
 
Encanto.

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