21 septiembre 2024

Enterraran únicamente el cráneo de nicaragüense devorado por cocodrilos en Costa Rica

 

Monitoreo Internacional
Por: Josué Bravo
Corresponsal /Costa Rica de La Prensa
 
A dos meses de haber sido despedazado por unos 20 cocodrilos, la familia del nicaragüense Omar de Jesús Jirón Romero sigue sin encontrar la paz al no poder aún, darle cristiana sepultura al único miembro de su cuerpo encontrado en la ribera de un río: su cráneo.
 

 
Jirón, de 32 años, murió devorado por los animales el 29 de abril 2014, cuando en estado de ebriedad entró a bañarse en el río Tárcoles, en Garabito de Jacó, pacífico del país.
 
Él trabajaba en la construcción de la clínica de Parrita, en Garabito, pero al no haber sido aceptado por sus jefes por el estado en el que se encontraba, decidió regresar a San José pero fue bajado por el conductor del autobús en pleno puente del río Tárcoles por armar un escándalo.
 
Luego de tomarse el último trago, se lanzó al río donde fue arrastrado por un cocodrilo y luego una veintena más lo devoró. Su cabeza fue encontrada dos días después por una vecina de la localidad.
 
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) aún no entrega el resultado de las pruebas de ADN que demuestren la pertenencia del cráneo al cuerpo de Jirón. Su familiares lo reclaman para sepultarlo en Nicaragua o Costa Rica, a pesar de sus carencias económicas.
 
“Nos indicaron que los resultados estarían a inicios de julio. Esperemos que sea esta semana”, dijo Jessenia, hermana menor de Omar. Este medio hizo una consulta al OIJ, pero aún no han respondido.
 
Ella reiteró el dolor familiar manifestado inicialmente por su madre, Isabelle Páramo, quien estos dos meses los ha pasado desbastada y en soledad, porque Omar era quien llevaba el sustento a la casa.
 
Isabelle y Jessenia culpan de la tragedia a la ex pareja de Omar, porque desde hace 5 años le quitó a sus dos hijos cuando se separaron. Durante ese tiempo Jirón entró en depresión que trataba de calmar tomando licor, según su familia.
 
“Él se decepcionó mucho. Ella le hizo la vida imposible y no es justificación, pero no le permitió ver a sus hijos – de 7 y 12 años – y hasta lo tuvo preso por pensión. Eso le afectó mucho”, explicó Jessenia.
 
Aunque desean sepultar su cráneo para intentar cerrar el doloroso capítulo, Isabelle dice que la muerte de su hijo aún golpea y todos requieren tratamiento sicológico. “Cuando nos confirmen del ADN y vayamos a la morgue a retirar el cráneo, nuevamente vamos a revivir el dolor”, dijo la hermana.
 
Esta familia es originaria de Rivas. Omar tenía 22 años de vivir en Costa Rica.
 

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